SINERGIA
TRANSCOMPLEJA PARA EL LIDERAZGO TECNOLÓGICO ORGANIZACIONAL
Por Yasmilys Briceño
El ser humano, posee la
inteligencia necesaria para el abordaje de situaciones de cualquier
especie, y
la opción común es el establecimiento de una red, como
sistema de nodos interconectados. La red es como un pensamiento
revitalizador de la sociedad y se constituye en base para el avance
significativo, que se asemeja a la inmutabilidad como fenómeno de la
lógica humana. La mente produce en los seres humanos cambios en los
objetos que signan la vida del hombre como proceso social.
La apropiación de una
gama de significados desarrollados en la naturaleza, emerge de
la capacidad de discernimiento de una persona a través de la lógica,
ya enunciada por filósofos destacados como Kant, con su apriorismo y
posteriori del pensar, y el exigirse la aplicación de un análisis
racional, tal como lo dejó sentado el padre del racionalismo:
Descartes, en el legado de la modernidad; es base para la emergencia
de otras posturas que intentan explicar la ciencia.
El hilo conductor de la
vida, regula toda acción presupuesta en el sentido que se abre el
discontinuismo heideggeriano y la incertidumbre conectada a la
singularidad como expresión de una trama de saberes, que es
recursiva, puesto que la ciencia, explora múltiples caminos del
hecho subyacente.
Este planteamiento podría ser cierto, si se considera a la sociedad
como una especie de compas equidistante, capaz de hacer prisionera a
la más sutil de las ideas, aún cuando se desee expresar en libertad
y de notable influencia en la vida humana. La ciencia
gerencial tiene un propósito definido y constituye según Llanos de
la Hoz (2009: 5), sus tres pilares: “la materia, la vida y la
mente”. En un contexto amplio es válido hasta cierto punto, cuando
hay una lógica que guía todo esfuerzo intelectual a la luz de la
ciencia.
La
vida desde su aparición hace trescientos años, se gesta en un
espacio para un pensamiento y la conexión hombre-sociedad-ambiente,
sobre la base de la cultura, que se expande en la naturaleza humana,
hacia formas avanzadas de organización, no solo en el plano
evolutivo sino como una especie de ecosistema, que posee vida propia
y el
organismo individual no existe aislado, ya que lo rodea un entramado
relacional de formas vivientes y son parte de su contexto.
El
desarrollo de una ciencia a través de los siglos, genera un
compromiso con
el mundo intelectual, que conlleva a una construcción de
conocimiento con ayuda de las organizaciones y especialmente la
Universidad que es
clave en la economía, pues genera conocimiento y la competitividad
depende de ello. El esfuerzo por una competencia global y hasta
efectiva en la organización, es válido estudiarlo a la luz de los
planteamientos de Llanos
de la Hoz (2000: 197):
La
efectividad organizacional, debe aclararse y hasta advertirse, es muy
compleja y como concepto se encuentra lleno de contradicciones, por
ello es preferible, en nuestros modelos, antes que intentar la
búsqueda de una efectividad global de la Universidad, plantear más
bien un modelo de contradicción de la efectividad.
El
conocimiento encuentra
puntos críticos para un desarrollo humano revitalizado a la
conciencia de bien común. Afirma Capra (2006: 82) “la
conciencia humana no es un fenómeno únicamente biológico, sino
también social. Esta dimensión social de la conciencia es a menudo
ignorada por científicos y filósofos”, lo cual crea
limitaciones conceptuales que giran a la fragmentación y la
limitación del campo social que en expresión de Wallerstein (1997)
al combatirla, se está empujando a un
grado significativo de objetividad.
Es necesario
el compromiso de las organizaciones con el conocimiento para promover
una conciencia unificadora y de transformación,
que
signifique una actitud de valoración hacia el trabajo productivo, el
compromiso y el desarrollo de metas colectivas en escenarios
comunicacionales y complejos. Para ello el conocimiento pertinente
debe enfrentar la complejidad que según Ugas (2006), deriva
del latín complexus, término científico que innova en el orden,
constituye un gran sistema de estructuras y nuevas formas que
permite el desarrollo y la evolución. Pertenece al campo
de los elementos no lineales, la incertidumbre de procesos, el caos,
la indeterminación y el fenómeno cuántico, está abierto a un
pensamiento revitalizador que impacta a todas las ciencias.
El
pensamiento emerge en el contexto de la complejidad que nace
de una nueva visión unificada de la vida, la mente y la conciencia,
en la que la conciencia humana está inexplicablemente ligada al
mundo social de las relaciones interpersonales y de la cultura. Es un
fenómeno
humano, libre expresión del ser y con sentido revitalizador, impacta
a las organizaciones, como sistema social, que según
Wallertein
(1997: 69) “… están compuestos por múltiples unidades
interactuantes, caracterizadas por el surgimiento y la
comportamientos espacio/temporales complejos”.
La complejidad de los
procesos está planteada como parte de una realidad que es
multidimensional, es decir abre la puerta a la transcomplejidad, que
se genera
de dos palabras compuestas trans,
que significa
según Villegas (2009: 2), al citar el método de Morín “…trans,
se refiere a lo que simultáneamente es:
entre,
a
través
y más
allá”
y complejidad, de acuerdo con Ugas
(2006: 13) “…proviene de complectere, cuya raíz plectere
significa trenzar, enlazar. El prefijo com añade el sentido de dos
elementos opuestos que se enlazan íntimamente, sin anular su
dualidad”.
La
transcomplejidad se
entiende como derivación de conceptos, que explican un tejido de
redes entrelazadas y entramadas al campo de las ideas. El
conocimiento es concebido como una expresión rica en relaciones
tempo-espaciales, es decir, una epistemología de constructos, que
une al hombre
con la naturaleza, que se innova a ritmo cambiante y desarrolla una
visión eco-originaria, propia de la cultura. El camino a la
transcomplejidad, es una definición en abstracto, engloba lo
multidimensional en la cultura y el espacio para una práctica
desplegada a expectativa de progreso y bienestar social.
La forma de expresión de
la transcomplejidad es el pensamiento dado a través de la cultura,
que según Morin (2006: 23) “…proporciona
al pensamiento sus condiciones de formación, de concepción, de
conceptualización. Impregna, modela y eventualmente gobierna los
conocimientos individuales”, que parte de un sentido de contexto en
el que emergen elementos para su interpretación y análisis y los
modos de ese conocer son dos:
el primero
representa el puro, disciplinario, jerárquico y homogéneo y el
segundo
complejidad, hibridación, no linealidad, reflexibilidad,
heterogeneidad y transdisciplinariedad. Éste último según Yarzabal
(citado por Llanos de la Hoz, 2007):
Es
un nuevo enfoque cultural y científico cuyo propósito fundamental
es determinar la naturaleza y las características de la información
que fluye entre las distintas ramas del conocimiento, para así crear
una nueva lógica que permita la interacción entre especialistas de
ellas.
REFERENCIAS
Capra
F. (2006). Las
Conexiones Ocultas. Implicaciones sociales, medioambientales,
económicas y biológicas de una nueva visión del mundo.
Barcelona: Anagrama.
Llanos
de la Hoz (2000). Hacia
una Nueva Gestión Exitosa de las Universidades Nacionales. Antología
del Curso Taller: Problematización de la Educación Superior.
Caracas, Venezuela.
Llanos de la Hoz (2007).
La
Multi, Inter y Transdisciplinariedad en la Construcción del
Conocimiento y Complejidad en el Análisis Social y en la Educación.
Ponencia presentada como introducción del tema 6 del Postdoctorado,
II Cohorte de la Universidad Bicentenaria de Aragua.
Llanos de la Hoz (2009).
¿Sería
prudente pensar en la Nueva Ciencia como uno de los Saberes
Necesarios para Gerenciar con Éxito las Organizaciones
Universitarias?.
Conferencia presentada a la Universidad Rafael Belloso Chacín.
Disponible en:
http://www.urbe.edu/publicaciones/redhecs/pdf/edicion-especial/conferencia-central-dr-silvio-llanos.pdf.
Consulta (Octubre 20, 2009).
Morín
E. (2006). El
Método 3. El Conocimiento del Conocimiento.
Quinta edición. Madrid: Cátedra.
Morín
E. (2006). El
Método 4. Las Ideas.
Cuarta edición. Madrid: Cátedra.
Ugas
F. (2006). La
Complejidad: Un modo de Pensar.
Mérida: Taller Permanente de Estudios Epistemológicos en Ciencias
Sociales.
Villegas
C. (2009). La
Gerencia en el Contexto de la Transcomplejidad. Ponencia.
Disponible en:
http://www.monografias.com/tra-bajos71/gerencia-contexto-transcomplejidad/gerencia-contexto-transcomplejidad.shtml.
Consulta (Octubre 20, 2009).
Wallertein
I. (1997).
Abrir las Ciencias Sociales. Sexta
edición. Fondo de Cultura Económica.
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