viernes, 29 de junio de 2012

Gestion


SINERGIA TRANSCOMPLEJA PARA EL LIDERAZGO TECNOLÓGICO ORGANIZACIONAL

Por Yasmilys Briceño
El ser humano, posee la inteligencia necesaria para el abordaje de situaciones de cualquier especie, y la opción común es el establecimiento de una red, como sistema de nodos interconectados. La red es como un pensamiento revitalizador de la sociedad y se constituye en base para el avance significativo, que se asemeja a la inmutabilidad como fenómeno de la lógica humana. La mente produce en los seres humanos cambios en los objetos que signan la vida del hombre como proceso social.
La apropiación de una gama de significados desarrollados en la naturaleza, emerge de la capacidad de discernimiento de una persona a través de la lógica, ya enunciada por filósofos destacados como Kant, con su apriorismo y posteriori del pensar, y el exigirse la aplicación de un análisis racional, tal como lo dejó sentado el padre del racionalismo: Descartes, en el legado de la modernidad; es base para la emergencia de otras posturas que intentan explicar la ciencia.
El hilo conductor de la vida, regula toda acción presupuesta en el sentido que se abre el discontinuismo heideggeriano y la incertidumbre conectada a la singularidad como expresión de una trama de saberes, que es recursiva, puesto que la ciencia, explora múltiples caminos del hecho subyacente. Este planteamiento podría ser cierto, si se considera a la sociedad como una especie de compas equidistante, capaz de hacer prisionera a la más sutil de las ideas, aún cuando se desee expresar en libertad y de notable influencia en la vida humana. La ciencia gerencial tiene un propósito definido y constituye según Llanos de la Hoz (2009: 5), sus tres pilares: “la materia, la vida y la mente”. En un contexto amplio es válido hasta cierto punto, cuando hay una lógica que guía todo esfuerzo intelectual a la luz de la ciencia.
La vida desde su aparición hace trescientos años, se gesta en un espacio para un pensamiento y la conexión hombre-sociedad-ambiente, sobre la base de la cultura, que se expande en la naturaleza humana, hacia formas avanzadas de organización, no solo en el plano evolutivo sino como una especie de ecosistema, que posee vida propia y el organismo individual no existe aislado, ya que lo rodea un entramado relacional de formas vivientes y son parte de su contexto.
       El desarrollo de una ciencia a través de los siglos, genera un compromiso con el mundo intelectual, que conlleva a una construcción de conocimiento con ayuda de las organizaciones y especialmente la Universidad que es clave en la economía, pues genera conocimiento y la competitividad depende de ello. El esfuerzo por una competencia global y hasta efectiva en la organización, es válido estudiarlo a la luz de los planteamientos de Llanos de la Hoz (2000: 197):

La efectividad organizacional, debe aclararse y hasta advertirse, es muy compleja y como concepto se encuentra lleno de contradicciones, por ello es preferible, en nuestros modelos, antes que intentar la búsqueda de una efectividad global de la Universidad, plantear más bien un modelo de contradicción de la efectividad.

El conocimiento encuentra puntos críticos para un desarrollo humano revitalizado a la conciencia de bien común. Afirma Capra (2006: 82) “la conciencia humana no es un fenómeno únicamente biológico, sino también social. Esta dimensión social de la conciencia es a menudo ignorada por científicos y filósofos”, lo cual crea limitaciones conceptuales que giran a la fragmentación y la limitación del campo social que en expresión de Wallerstein (1997) al combatirla, se está empujando a un grado significativo de objetividad.
Es necesario el compromiso de las organizaciones con el conocimiento para promover una conciencia unificadora y de transformación, que signifique una actitud de valoración hacia el trabajo productivo, el compromiso y el desarrollo de metas colectivas en escenarios comunicacionales y complejos. Para ello el conocimiento pertinente debe enfrentar la complejidad que según Ugas (2006), deriva del latín complexus, término científico que innova en el orden, constituye un gran sistema de estructuras y nuevas formas que permite el desarrollo y la evolución. Pertenece al campo de los elementos no lineales, la incertidumbre de procesos, el caos, la indeterminación y el fenómeno cuántico, está abierto a un pensamiento revitalizador que impacta a todas las ciencias.
         El pensamiento emerge en el contexto de la complejidad que nace de una nueva visión unificada de la vida, la mente y la conciencia, en la que la conciencia humana está inexplicablemente ligada al mundo social de las relaciones interpersonales y de la cultura. Es un fenómeno humano, libre expresión del ser y con sentido revitalizador, impacta a las organizaciones, como sistema social, que según Wallertein (1997: 69) “… están compuestos por múltiples unidades interactuantes, caracterizadas por el surgimiento y la comportamientos espacio/temporales complejos”.
La complejidad de los procesos está planteada como parte de una realidad que es multidimensional, es decir abre la puerta a la transcomplejidad, que se genera de dos palabras compuestas trans, que significa según Villegas (2009: 2), al citar el método de Morín “…trans, se refiere a lo que simultáneamente es: entre, a través y más allá” y complejidad, de acuerdo con Ugas (2006: 13) “…proviene de complectere, cuya raíz plectere significa trenzar, enlazar. El prefijo com añade el sentido de dos elementos opuestos que se enlazan íntimamente, sin anular su dualidad”.
La transcomplejidad se entiende como derivación de conceptos, que explican un tejido de redes entrelazadas y entramadas al campo de las ideas. El conocimiento es concebido como una expresión rica en relaciones tempo-espaciales, es decir, una epistemología de constructos, que une al hombre con la naturaleza, que se innova a ritmo cambiante y desarrolla una visión eco-originaria, propia de la cultura. El camino a la transcomplejidad, es una definición en abstracto, engloba lo multidimensional en la cultura y el espacio para una práctica desplegada a expectativa de progreso y bienestar social.
La forma de expresión de la transcomplejidad es el pensamiento dado a través de la cultura, que según Morin (2006: 23) “…proporciona al pensamiento sus condiciones de formación, de concepción, de conceptualización. Impregna, modela y eventualmente gobierna los conocimientos individuales”, que parte de un sentido de contexto en el que emergen elementos para su interpretación y análisis y los modos de ese conocer son dos: el primero representa el puro, disciplinario, jerárquico y homogéneo y el segundo complejidad, hibridación, no linealidad, reflexibilidad, heterogeneidad y transdisciplinariedad. Éste último según Yarzabal (citado por Llanos de la Hoz, 2007):
Es un nuevo enfoque cultural y científico cuyo propósito fundamental es determinar la naturaleza y las características de la información que fluye entre las distintas ramas del conocimiento, para así crear una nueva lógica que permita la interacción entre especialistas de ellas.



REFERENCIAS


Capra F. (2006). Las Conexiones Ocultas. Implicaciones sociales, medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo. Barcelona: Anagrama.
Llanos de la Hoz (2000). Hacia una Nueva Gestión Exitosa de las Universidades Nacionales. Antología del Curso Taller: Problematización de la Educación Superior. Caracas, Venezuela.
Llanos de la Hoz (2007). La Multi, Inter y Transdisciplinariedad en la Construcción del Conocimiento y Complejidad en el Análisis Social y en la Educación. Ponencia presentada como introducción del tema 6 del Postdoctorado, II Cohorte de la Universidad Bicentenaria de Aragua.
Llanos de la Hoz (2009). ¿Sería prudente pensar en la Nueva Ciencia como uno de los Saberes Necesarios para Gerenciar con Éxito las Organizaciones Universitarias?. Conferencia presentada a la Universidad Rafael Belloso Chacín. Disponible en: http://www.urbe.edu/publicaciones/redhecs/pdf/edicion-especial/conferencia-central-dr-silvio-llanos.pdf. Consulta (Octubre 20, 2009).
Morín E. (2006). El Método 3. El Conocimiento del Conocimiento. Quinta edición. Madrid: Cátedra.
Morín E. (2006). El Método 4. Las Ideas. Cuarta edición. Madrid: Cátedra.
Ugas F. (2006). La Complejidad: Un modo de Pensar. Mérida: Taller Permanente de Estudios Epistemológicos en Ciencias Sociales.
Villegas C. (2009). La Gerencia en el Contexto de la Transcomplejidad. Ponencia. Disponible en: http://www.monografias.com/tra-bajos71/gerencia-contexto-transcomplejidad/gerencia-contexto-transcomplejidad.shtml. Consulta (Octubre 20, 2009).
Wallertein I. (1997). Abrir las Ciencias Sociales. Sexta edición. Fondo de Cultura Económica.